Tradición, Familia y Propiedad – TFP

¿Colaboradores del caos o restauradores del orden?

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Ya son distantes los tiempos aquellos en que, desde las cumbres de la opulencia, inebriados de optimismo, rodeados de éxitos, en interminables fiestas, las sociedades recibían el nuevo año. La humanidad recibe el 2022 cargada de aprensiones con una enorme incógnita de lo que depara el nuevo año, marcados por las tendencias impuestas durante la pandemia en la que la dictadura del miserabilismo impone su estilo de short, zapatillas y bicicleta eléctrica dejando de lado elegantes vestidos, suntuosas joyas, automóviles lujosos, que si se los utiliza serán perseguidos y tildados de insensibles frente a la pobreza por las transformaciones económicas causadas por la pandemia y que pretenden reemplazar la iniciativa y libertad privada por el dominio de los estados.

Efectivamente con una pandemia que no acaba, más los coletazos de afectación a la economía mundial, el desmoronamiento de los estados y de la política por causa de la corrupción, la Iglesia Católica atacada desde fuera, traicionada por dentro, alteraciones de la naturaleza generando enormes catástrofes, crisis de todo orden, generan perplejidad y desconcierto entre los pueblos.

El insigne luchador católico del siglo XX Plinio Correa de Oliveira, mientras el mundo occidental desprevenido e incauto festejaba la caída del Muro de Berlín como fin de la embestida comunista, alertaba a la opinión pública de que el Marxismo no terminaba con la dictadura del proletariado, sino que perseguía la destrucción de la Civilización Cristiana; si bien la enorme URSS desapareció, sus ideas se metamorfosearon alcanzando gran penetración en Occidente, y más allá de que buena parte de los gobiernos desde Méjico hasta la Patagonia son de izquierda, el establecimiento del caos, de la corrupción y del desmoronamiento priman en el mundo entero. La Revolución denunciada por Plinio Correa de Oliveira es el organismo articulador de esta múltiple crisis que afecta al “hombre occidental y cristiano” teniendo como punto de partida una crisis de fe. Plinio Correa de Oliveira describe con absoluta claridad en el libro “Revolución y Contra Revolución” la génesis y desarrollo de la crisis actual del mundo.

Efectivamente Plinio Correa de Oliveira demuestra cómo la violencia estalinista fracasó en la conquista de los países y obligó al Comunismo Internacional a cambiar radicalmente de táctica, dejando de lado la violencia terrorista y las invasiones armadas para presentarse amistoso y sonriente con aquellos a quienes desea destruir. La nueva maniobra fue enmarcada en la “guerra psicológica revolucionaria”. La conquista violenta no transforma la mentalidad del ser humano, entonces los pensadores comunistas entendieron que para la implantación del comunismo era necesario “transformar la mentalidad de los hombres mediante una profunda revolución cultural, en el campo de las tendencias, en las costumbres, en los modos de ser, de sentir y de vivir como único camino para alcanzar la “utopía igualitaria” (RCR Parte III – Cap. II), tal cual lo dijera y realizara el socialista Felipe González que anunció como programa de su gobierno dar la vuelta a España como quien vira un calcetín mediante la revolución cultural, pasos seguidos por sus continuadores.

“No se trata aquí de efectuar, en el campo del espíritu, algunas operaciones y esporádicas. Se trata, por el contrario, de una verdadera guerra de conquista – psicológica, sí, pero total – teniendo en vista a todo el hombre, y a todos los hombres en todos los países” (RCR parte III-CAP. II)

“De esta manera, la III Revolución se vuelve capaz de vencer, pero más por el aniquilamiento del adversario que por la multiplicación de los amigos” (RCR Parte III- CAP. II A.)

En la actualidad frente a la crisis y al caos se perfilan grandes mayorías que están pasando del asombro y la perplejidad, al análisis de la situación actual; se ven arrastradas por un aluvión sucio y lleno de lodo; se reconocen inmersos en una crisis contra la que no hicieron nada y tal vez ni la vieron articularse pues estaban ocupadas en su propio porvenir y diversión, pero cuando miran los abismos hacia los que las conduce sufren tremendo susto, un susto inicial que genera una preocupación débil y embrionaria que puede desencadenar una reacción.

Las constantes e insólitas alteraciones de la naturaleza han traído reflexión, y el eslogan del calentamiento global no encaja con las desbastadoras fuerzas de la naturaleza; muchos están pensando que se alejaron de Dios y que hasta negaron su existencia, miran los desastres naturales como una posible manifestación de Dios que a manera de una “tarjeta de visita” apela al corazón del hombre para cambiar de actitud.

Frente a la crisis de consecuencias mayores que un cataclismo hay dos opciones: ser un total COLABORADOR DEL CAOS y dejar que lo arrastre a consecuencias catastróficas, o luchar para ser un RESTAURADOR DEL ORDEN; para esta última opción tenemos el camino abierto y trazado por Plinio Correa de Oliveira quien fuera ejemplo de ello; conocer la Revolución y rechazarla, conocer la Contra Revolución, admirarla y alinearse con ella para destruir a la Revolución. María Santísima prometió su victoria al proclamar que su Inmaculado Corazón triunfará, por tanto estamos seguros de la victoria.

Quito, 24 de Enero de 2022

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