Antepasados cristianos.
Plinio Correa de Oliveira nació en Sao Paulo (Brasil) el 13 de diciembre de 1.908. Era hijo del abogado Pernambucano Dr. Joao Paulo Correa de Oliveira, de noble estirpe nordestina perteneciente a lo que se conocía en Brasil como Señores de Ingenio, aristocráticos patriarcas propietarios de ingenios azucareros; y de la noble dama Doña Lucilia Riveiro dos Santos, que provenía de familias de hacendados cafeteros del Estado de Sao Paulo, reconocidas como las Paulistas de cuatrocientos años, tradicionales casas fundadoras del Estado más próspero de Brasil actualmente.
Por estas dos ascendencias recibió una herencia espiritual católica, apostólica, romana que influiría trascendentalmente en su formación moral e intelectual la cual se preocupó de trasmitir a todos sus discípulos y seguidores.
Entre sus destacados antepasados figura el Consejero de Estado Dr. Joao Alfredo Correa de Oliveira, quien refrendó la llamada Ley Aúrea que abolió la esclavitud en Brasil. Y el Dr. Gabriel Rodríguez dos Santos, reconocido Diputado estadual y nacional de gran fama por su brillante oratoria.
Inocencia preservada.
Tras sus primeros años de formación en el seno del hogar bajo el cuidado maternal y desvelo de su querida madre Doña Lucilia, ingresó a la edad de 11 años al Colegio San Luis de los padres Jesuitas en Sao Paulo. En su casa, conocida en la ciudad como el Palazinho Rivero dos Santos, había aprendido junto con su única hermana Rossé, mayor que él casi dos años, francés, alemán e inglés, idiomas con los que fácilmente se comunicaba desde niño aunque poco a poco prefirió aquellos dos primeros.
De su primorosa educación materna recibió especialmente un finísimo y cuidadoso sentido del trato social y los buenos modales que emanaban de su carácter con la mayor naturalidad. De esos tiempos de su niñez también brotó su gusto por la historia que comenzó a leerla ya de temprana edad.
De su formación escolar Dr. Plinio recogió con alto aprecio una gran admiración por la lógica ignaciana de sus profesores sacerdotes de la Compañía de Jesús aunque no dejó de rechazar la vulgaridad igualitaria que percibía entre la mayoría de sus condiscípulos del colegio por causa del ambiente cada día más liberal que se imponía en la vida social, que él calificó alguna vez de «atmósfera hollywoodiana».
Allí fueron sus primeras batallas espirituales contra un ambiente revolucionario que intentaba mancillar su inocencia.
Juventud en pie de lucha.
Se graduó en 1.929 de abogado a los 20 años de edad en la facultad de Derecho del Largo de San Francisco en Sao Paulo tenida en su época como el baluarte del laicismo donde también dio ejemplares batallas de tipo intelectual y moral que le granjearon admiración y reconocimiento como también implacables enemigos, especialmente en ciertos medios escritos de comunicación.
En la facultad había creado la AUC (Acción Universitaria Católica) que en 1.938, por disposición de la Arquidiócesis de Sao Paulo pasaría a integrarse con las JUC (Juventud Universitaria Católica) tristemente célebre por haber tomado posteriormente rumbos muy opuestos a las ideas de Dr. Plinio.
Coherente con su formación católica se había vinculado en 1.928 a las Congregaciones Marianas de las cuales se convirtió en poco tiempo en el principal líder indiscutible. En 1.933, al ser convocada la Asamblea Federal Constituyente, concibió la formación de la Liga Electoral Católica (LEC) de la cual fue uno de sus candidatos, resultando elegido como el más joven y votado de ellos. Su actuación en aquella magna asamblea, fue decisiva para evitar que en aquel entonces el país resbalara en el laicismo izquierdista que lo amenazaba.
Para ese entonces su familia entraba en una crisis económica dramática en la que se perdería la gran mayoría del patrimonio ancestral. Fueron los años negros de la economía mundial que arruinaría las antiguas aristocracias rurales para abrirle paso a los magnates industriales y financieros contemporáneos, menos patriarcales y más dedicados al goce de la vida. La noble familia del Dr. Plinio no fue de las que se cambiaron a tiempo al mundo de los negocios bursátiles al precio de relativizar los valores morales.
Constituyente y catedrático
Terminado su periodo como constituyente asumió la Cátedra de Historia de la Civilización en la Facultad de Derecho de la Universidad de Sao Paulo, y más tarde la de Historia Moderna y Contemporánea en las Facultades de Filosofía, Ciencias y Letras de la Pontificia Universidad Católica de esa misma ciudad.
Como Profesor y abogado comenzó una dura etapa para ganarse la vida y ayudar a la economía doméstica de su familia, especialmente a su abnegada madre que asumía con ejemplar resignación cristiana los golpes de la vida.
Manteniendo sus vínculos con la Arquidiócesis de Sao Paulo pasó a escribir y después dirigir O Legionario, que de hoja parroquial se convirtió con su pluma en el órgano oficioso semanal de la Arquidiócesis denunciando especialmente el nazi-facismo y el comunismo, no solo cuando se aliaron sino cuando con enfrentamientos aparatosos e inauténticos constituían el falso dilema que confundía a la opinión católica mundial de esos años inmediatamente anteriores a la II Guerra.
Un lance trascendental.
En 1.943, como Presidente de la Junta Arquidiocesana de la Acción Católica de Sao Paulo, escribió su primer y gran libro En defensa de la Acción Católica, en el cual informó a la Jerarquía sobre tergiversaciones en el seno de aquel movimiento inspirado por el Papa Pío XI, tendientes a igualar Clero y feligresía, a relajar la vida de piedad y disciplina, como a intentar hacer penetrar dentro de la vida de la Iglesia el espíritu del mundo. Por su acertada y fiel voz de alerta temprana, recibió poco después una calurosa carta de encomio del Vaticano por parte de Mons. J.B.Montini, entonces sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede y más tarde Papa Pablo VI : “Su Santidad se regocija contigo porque has explicado y defendido con penetración y claridad la Acción Católica”. Era Papa en aquel entonces Su Santidad Pío XII.
En 1.951 lanzó con el apoyo de dos obispos de Brasil el periódico mensual O Catolicismo que bien pronto se convirtió en un polo de pensamiento y doctrina en los medios intelectuales de Brasil aglutinando en torno suyo a los que deseaban ser enteramente fieles a la tradición católica.
Atraía especialmente a la juventud de esa época la página Ambientes Costumbres Civilizaciones que escribía el propio Dr. Plinio analizando de manera enteramente novedosa diferentes aspectos de la vida moderna, arte, modas, diseños, formas y figuras que llevaban tendenciosamente un mensaje dañino para la vida de la sociedad espiritual y temporal cristiana, o todavía conservaban algo del perfume sacral de la sociedad cristiana.
Imbatible obra doctrinal.
En 1.959 publicó su más famosa obra: Revolución y Contra-Revolución, que llegó a convertirse en el libro insignia y de cabecera de miles de jóvenes de todo el mundo. Con esta obra el Dr. Plinio marcó profundamente toda una generación, precisamente la de la década del sesenta que contestó con solidez doctrinal y elocuente altura la acción deletérea de la llamada revolución cultural de la Sorbonne del año 68.
Demostró que el mundo occidental Cristiano es víctima de un proceso de destrucción dirigido, fenómeno que Dr. Plinio denomina “Revolución”. Del libro escribió el ilustre Canonista P.Anastasio Gutiérrez,CMF, cofundador del Institutm Juridicum Claretianum y consultor de los Dicasterios Vaticanos : “…es una obra magistral cuyas enseñanzas deberían ser difundidas hasta hacerlas penetrar en la conciencia de todos los que se sientan verdaderamente católicos (…) me atrevería a decir que es una obra profética en el mejor sentido de la palabra (…) su contenido debería enseñarse en los Centros Superiores de la Iglesia”
En 1.960 fundó la Sociedad Brasileña de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad – TFP entidad que dirigió eximiamente hasta sus últimos días. Tal paso inspiró la aparición y fundación de entidades afines y hermanas por toda suramérica, y posteriormente por las otras américas y Europa.
Fueron los tiempos de numerosas batallas doctrinales en pro de la Civilización Cristiana, especialmente en nuestro continente suramericano donde vive la mayoría de los católicos del mundo. Rubras capas y estandartes con el león rampante dorado surgían de repente con garbo pacífico por las calles y avenidas de las grandes ciudades del continente al grito de ¡Tradición Familia Propiedad! divulgando libros, revistas o manifiestos.
Era la santa inconformidad de miles de jóvenes católicos que resistían la avalancha izquierdista empujada por el modelo de los barbudos de la revolución comunista cubana, la prensa liberal cómplice y algunos sectores educativos contaminados de tercermundismo.
Plinio Correa de Oliveira les había abierto los ojos y los nutría de imbatibles argumentos anticomunistas que exasperaron la izquierda intelectual la cual optó por silenciar los numerosos atentados terroristas contra los miembros y las sedes de las diferentes TFPs.
En l.963 publicó La libertad de la Iglesia en el Estado Comunista donde demostró con lógica Ignaciana irrefutable que los católicos no pueden llegar a acuerdos con regímenes que violan el Decálogo y limitan la pastoral de la Iglesia, ni siquiera en la perspectiva de una persecución religiosa o hecatombe nuclear.
El ensayo pasó el telón de acero y desde Polonia intentó ser refutado por ideólogos de izquierda proponiendo el diálogo, cuyos argumentos más bien sirvieron para que Dr. Plinio explicitara y publicara en 1.965 uno de sus ensayos más asombrosos, Transbordo Ideológico inadvertido y Diálogo donde demuestra que en aras de la llamada «coexistencia pacífica” lo que se quiere es desarmar las resistencias y modificar las convicciones de los católicos contra el comunismo con una astuta maniobra de guerra psicológica.
Golpe mortal al socialismo internacional.
En 1.981 el Dr. Plinio escribió el más trascendental manifiesto-denuncia que haya desenmascarado el papel del socialismo en Francia a raíz de la victoria de Francois Mitterand.
Con ello, una jugada política de alcance mundial se vino al suelo al demostrar que ese modelo socialista autogestionario que se intentaba instaurar lúdicamente en Francia y posteriormente impuesto en España, era de una radicalidad peor que la de los bolcheviques en Rusia.
Quedó patente al mundo el grado de perversión moral de ese tipo de izquierda rosada que se dice no violenta pero que intenta el trasbordo ideológico inadvertido de la opinión pública hacia formas de organización política-social más próximas de la manada animal que de la sociedad humana. El manifiesto fue publicado por todas las TFPs del mundo en los principales periódicos.
Luz en las tinieblas del siglo XX.
En 1.993 publicó una de la más bellas, esclarecedoras y sublimes obras de su arsenal intelectual: Nobleza y élites tradicionales análogas. Se trata de unos comentarios con ampliación a diferentes consideraciones de tipo doctrinal, de los mensajes que Su Santidad Pío XII dirigió durante quince años al Patriciado y la Nobleza Romanas.
Es un libro que apela al cumplimiento responsable de los deberes de aquellos que han sido llamados por Dios para ser modelo de la sociedad humana como élites tradicionales de una nación.
Con amoroso cuidado y admiración por este rol y status, demuestra la importancia de esta clase social y el deber moral de reconocérsele su privilegio al menos por gratitud ya que de ella nacieron muchos pueblos y grandes instituciones que son el orgullo de varios países de la Cristiandad.
Sublime influencia.
La historia del Dr. Plinio estaría incompleta sin una alusión al trascendental papel de formación moral e intelectual que tuvo en su vida la Sra. Doña Lucilia, su queridísima madre.
Para medir la gratitud de un hijo para con los desvelos, ejemplos, cuidados e incluso correcciones con que una madre forma a un hijo para servirle a Dios y a la Iglesia. “Ella me enseñó a amar a Jesús, a María y a la Iglesia”, dijo el Dr. Plinio en muchas ocasiones. Sobre todo, aprendió con el ejemplo de ella a encarar las circunstancias de la vida con un sentido enteramente cristiano donde la gratitud y la resignación delante de Dios eran las notas predominantes.
También observándola y analizándola, siendo Dr. Plinio adolescente, fue descubriéndole esa riqueza espiritual de madre y dama católica apostólica romana de trato social delicadísimo y señorial. La quiso profundamente con un amor filial respetuoso y elevado porque se sentía deudor agradecido del bien inmenso que a través de ella recibió de Dios, tesoro que el Dr. Plinio cuidó celosamente de nunca negociar con nada del mundo: su inocencia bautismal.
Aquella aristocrática señora que hablaba varios idiomas, de una caligrafía hermosísima, que conocía de historia y geografía, estaba, por encima de todo esto, dotada de un finísimo “sentido de lo católico” para apreciar con objetividad todas las cosas, los acontecimientos y las condiciones de madre y esposa, fidelísima siempre a sus deberes del hogar.
Por esto no sería justo que faltase en la reseña biográfica de un hombre que fue modelo y ejemplo para tantos hoy en día, una referencia agradecida a quién formándolo le trasmitió intacta la fe católica y los valores de la civilización cristiana, que por su vez el Dr. Plinio enseñó a sus discípulos a amar hasta el holocausto sin más condiciones que la gloria de Dios y su Santa Iglesia: “El deseo de que aquello resucite (la Civilización Cristiana) crea en mi el deseo de trabajar por esa resurrección, de inmolarme por esa resurrección”, afirmó en una ocasión.
Su última voluntad.
El 3 de octubre de 1.995 a la edad cumplida de 86 años, confortado con todos los sacramentos de la santa Iglesia Católica y con la bendición Papal el Dr. Plinio Correa de Oliveira, fundador de la TFP Brasileña e inspirador de las otras TFPs del mundo, entregó abnegadamente su bella y combativa alma a Dios al atardecer de aquel día en un hospital de su ciudad natal Sao Paulo.
De su testamento se destaca este trecho que quedó grabado en el alma de sus sus discípulos : “No encuentro palabras suficientes para agradecer a Nuestra Señora el favor de haber vivido desde mis primeros días, y de morir, como espero, en la Santa Iglesia, a la cual consagré, consagro y espero consagrar hasta el último aliento, absolutamente todo mi amor.
De tal manera que todas las personas, instituciones y doctrinas que amé durante mi vida, y actualmente amo, solo las amé o amo porque eran o son según la Santa Iglesia, y en la medida en que eran o son según la Santa Iglesia. Igualmente, jamás combatí instituciones, personas o doctrinas, sino y en la medida en que eran opuestas a la Santa Iglesia Católica”.
Innumerables conferencias y artículos de prensa escritos en la Folha de Sao Paulo, uno de los diarios de mayor tiraje en Brasil, así como muchas entrevistas, incluso a periodistas de renombre internacional, es parte del legado intelectual que Dr. Plinio dejó a miles de hombres esparcidos hoy por todo el mundo. Vir Catholicus, totus Apostolicus et plenus Romanus es el epitafio que hoy está inscrito en el sitio donde reposan sus restos mortales, colocado por sus hijos espirituales que jamás podrán olvidar su ejemplo y testimonio de vida.
DECLARACIÓN: Conformandonos con los decretos del Sumo Pontifice Urbano VIII del 13 de marzo de 1625 y del 5 de junio de 1631, declaramos no querer anticipar el juicio de la Santa Iglesia en el empleo de las palabras o en la apreciación de los hechos edificantes publicados en esta biografía. En nuestra intención, los elogios no tienen otro sentido sino el ordinario, y en todo nos sometemos, con filial amor a las decisiones de la Santa Iglesia.