“SOY LA REINA DE LAS VICTORIAS Y MADRE DEL BUEN SUCESO”
Con estas palabras se presentó María Santísima a Sor Mariana de Jesús Torres mientras rezaba en el Coro Alto del Monasterio Real de la Limpia Concepción en la ciudad de Quito. Esto sucedió entre una y dos de la mañana, el 2 de febrero de 1594, cuando la ciudad era parte del Imperio de España y se encontraba bajo la jurisdicción del Virreinato del Perú, en el status de Real Audiencia y Cancillería Real, siendo el más alto Tribunal de la Corona Española en la zona. Detallo estos datos para colocar al lector con precisión en el lugar de los hechos y arrancar la incredulidad a los que piensen que estamos describiendo una fantasía. Sobre todo esto hay testimonios y certificaciones abundantes.
La Virgen se apareció en el Convento de la Concepción a Sor Mariana de Jesús Torres, una de las fundadoras del convento, y desde el primer instante de sus apariciones, María Santísima proclama victorias y buenos sucesos.
¿Por qué María Santísima se proclama Reina de las Victorias y Madre del Buen Suceso? Victorias y buenos sucesos solo se proclaman frente a luchas, guerras y sucesos calamitosos.
¿Cuáles son esos escenarios?
Quien contempla el estado actual de la sociedad en el mundo, inmediatamente reconoce el abismo de la descomposición moral en que se encuentra; quien contempla el estado actual de la Santa Iglesia Católica, inmediatamente reconoce cómo ha sido desfigurada y traicionada.
Estas dos circunstancias se agravan día a día y no se vislumbra en el horizonte una marcha atrás en estas dos instituciones que conforman la sociedad. Sobre esta situación alguien comentó que volver a la moralidad en el mundo por vías normales es tan imposible como tratar de introducir la pasta de dientes en el tubo que contiene el dentífrico después de haberlo sacado por entero.
Hace quinientos años ya había una gran crisis moral en la civilización Occidental Cristiana, el mundo había dado las espaldas a la Edad Media, acusándola de retrógrada y oscurantista porque fundamentaba su vida diaria en amar a Dios sobre todas las cosas y servirlo con fidelidad. El humanismo renacentista dijo no a Dios y dictaminó que la vida debía tener como centro al hombre. A lo largo de quinientos años esa crisis hundió a la sociedad en abismos insondables de ateo materialismo.
Frente a esa actitud del género humano de rechazo a Dios, se ignoran sus leyes y se vive para gozar la vida atendiendo únicamente el desborde de las pasiones desordenadas con todos los desmanes que eso acarrea. María Santísima Reina de las Victorias y Madre del Buen Suceso interviene en la Historia en el siglo XVI mediante las apariciones y revelaciones a una monja santa, a la que la previene de los males de su época y de los siglos futuros hasta nuestros días.
Es frente al estado de descomposición social en el ámbito moral que la Reina de todo lo creado se proclama Reina de las Victorias y Madre del Buen Suceso, y hace una promesa de que todos los males que hay sobre la faz de la tierra serán vencidos por la Virgen.
¿Cómo se dará esa victoria anunciada por la Virgen del Buen Suceso?
Dios puso a los hombres como centro de la creación para que construyan un mundo conforme a Dios si son fieles, o contrario a Él si son pecadores. La historia de la humanidad se compone de los hombres que aman y Lo sirven o los que hacen un mundo sin Dios. Identifiquemos a los seres humanos que en nuestros días son fieles a Dios y quienes no, para seguir el camino del bien y rechazar el mal.
¿Este proceso de decadencia de la Civilización Cristiana, es acaso una sucesión de hechos fortuitos que desembocaron en las enormes crisis de nuestros días?
De ninguna manera. Plinio Correa de Oliveira, un verdadero Cruzado del siglo XX, quien consagró su vida a la lucha en defensa de la Civilización Cristiana, denuncia en su magistral estudio “REVOLUCIÓN Y CONTRA REVOLUCIÓN”, un proceso delineado, planificado y ejecutado por los agentes de la Revolución para generar esa decadencia y destrucción del orden cristiano y frente a esa embestida revolucionaria Plinio Correa de Oliveira trabó lucha y combatió creando, organizando e impulsando la Contra Revolución.
Personalmente tengo la convicción que Plinio Correa de Oliveira derrotó a la Revolución, cuando conoció y explicitó el proceso revolucionario, concibió en su espíritu la Contra Revolución y cómo debería ser un mundo que cumpliese con los designios de Dios. Cada pensamiento, cada acto de su vida fueron lo contrario a la Revolución, imbuidos de amor y fidelidad a Dios. Mediante esa actitud nació y fructificó en él lo que santos como el gran misionero del siglo XVIII San Luis María Grignion de Monfort llama el Reino de María. Con esa fidelidad compró las Gracias y abrió las puertas para que miles de católicos sigan sus pasos.
Existe una estrecha relación entre las revelaciones de la Virgen María del Buen Suceso a Sor Mariana de Jesús Torres en 1594, como también las revelaciones de Nuestra Señora de la Sallet en 1846 a dos niños pastores y las apariciones y revelaciones de Nuestra Señora de Fátima en 1917 a los niños Francisco, Jacinta y Lucía. Todas tienen como denominador común el premio y la advertencia, la derrota del mal y el triunfo del Inmaculado Corazón de María. Verificamos también cómo la vida de Plinio Correa de Oliveira y su lucha CONTRA REVOLUCIONARIA, estuvo orientada a cumplir y obedecer los señalamientos de la Virgen en sus diferentes manifestaciones.
Toda la extensa obra de Plinio Correa de Oliveira fue una continua denuncia de los abismos en que la revolución precipitaba al mundo y una invitación a unirse a la Contra Revolución como la vía y la senda para construir una civilización conforme a la voluntad divina.
Actualmente existe una enorme legión de católicos que son fieles a Dios inspirados en la Contra Revolución.
Aunque muchos se esfuerzan en encontrar explicaciones científicas a todas las alteraciones climáticas que hemos visto las últimas semanas por todo el mundo, más allá de esas realidades científicas que explican un fenómeno natural, podemos avizorar la manifestación de la Providencia advirtiendo al género humano que Dios no es indiferente cuando se rebelan contra Él, en conformidad con los mensajes de la Virgen de advertencia a la humanidad.