Reproducido por TFP-Ecuador el 18 de enero de 2023
Para que entiendan bien esto imaginen lo siguiente: que durante la Bagarre comience una persecución por todo lado, y nosotros también tendríamos que dispersarnos, durante algún tiempo perder el contacto de unos con otros, alguno en un hospital recuperándose para nuevas luchas, pero en la incertidumbre: muere y no muere, se va y no se va, duele y no duele, etc., es el drama que el hombre sufre en el hospital, de repente le llega a las manos un periódico. En el periódico la noticia: «La TFP cambio de rumbo, ya no tiene su antiguo Consejo Nacional, ya no están los antiguos dirigentes, un nuevo consejo fue instituido, y ese consejo, en su primer acto, simplemente resolvió esto: cambiar el rojo del estandarte de la TFP, el rojo sobre el cual posa el león de su escudo heráldico, por azul».
¿Ustedes dirían, la TFP murió? Esos sujetos que están dirigiendo hoy la TFP la mataron, porque si ella cambió el rojo por el azul ella ya no es más la TFP de todos los combates y de todos los lances. Es una TFP que imagina llevar en la tierra la vida del cielo, la vida del cielo azul. La vida en esta tierra es una lucha, y lo que no es lucha es mentira, y, por lo tanto, este cambio del rojo por el azul es un cambio de lema: cambió un color, cambió un espíritu, cambió un espíritu y murió, porque el espíritu no se cambia.
Imaginen ahora si en lugar de Tradición, Familia, Propiedad, el lema pase a ser: Bondad, Concordia, Consenso. Nosotros saldríamos asustados, esto ya no es más la TFP, saldríamos maldiciendo, eso es obvio.
«Nosotros somos hijos de la Iglesia militante, vamos a luchar hasta que el sol de Nuestra Señora salga sobre la Tierra. Esperamos vencer, pero nuestra gran participación, más que la victoria, es la lucha».
Mi último llamamiento es ese: nosotros, hijos de la Iglesia militante, que se jacta de ser militante, que se llama militante, que hoy sería victoriosa, si en lugar de enarbolar un falso ecumenismo, ella fuese de hecho militante, eso bastaría para que ella gane todas las batallas que tiene por delante, nosotros en un acto de reparación por este decaimiento de la militancia, nosotros en la hora en que astronómicamente estamos en el cenit de las tinieblas — son siete minutos pasada la medianoche — miramos al cenit de las tinieblas y nos metemos dentro de la lucha gritando: «Somos hijos de la iglesia militante, vamos a luchar hasta que el sol de Nuestra Señora salga sobre la Tierra, pase lo que pase. Nosotros esperamos vencer, pero nuestra gran participación en la Tierra más que la victoria es la lucha».
Miremos para el Sapiencial e inmaculado Corazón de María Acies Ordinata, es Nuestra Señora, cuyo corazón es como un ejército dispuesto en orden de batalla. Pidamos que Ella haga nuestro corazón como el Suyo, que cada uno tenga latiendo en el pecho la energía, la combatividad, de todo un ejército de cruzados en orden de batalla. Esos tendrán la lucha y tendrán la victoria.
(Palabras finales del SDP sobre la canción de Gesta – Ceremonia 14/12/91 – sábado)