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Cómo luchar contra la Revolución

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Reproducido por TFP-Ecuador el 5 de diciembre de 2023

Los instrumentos que la Revolución utilizó para difundir sus ideas, transformar las tendencias, modelar las costumbres, dictar la moda y arrebañar a las sociedades de acuerdo a su orientación, fueron los mass media, entendiéndose por mass media todas las formas de comunicación; con las diferentes transformaciones que esta fue adquiriendo con el tiempo: teatro, libro, prensa escrita, radio, televisión, técnicas psicológicas en el manejo de la propaganda, hasta llegar al dominio de las redes sociales en que la imagen, el sonido, las emociones y la inmediatez captan una atención frenética y continua.

Una de las primeras cosas a las que apuntó la Revolución, fue debilitar a las aristocracias católicas que ejercían benéfica influencia sobre los pueblos, especialmente con su ejemplo de virtud y santidad en algunos casos. Muchas de éstas perdieron sus convicciones claudicando frente a doctrinas liberales; y se dejaron arrastrar por los vendavales de la moda y de la corrupción. El lugar que otrora Dios ocupaba en sus corazones fue suplantado por ansias de placer y vanidad.

Luego los pueblos católicos que vivían de acuerdo a sus tradiciones, imbuidos de piedad y fervor cristiano, mediante la propaganda, fueron despojados de su identidad y transformados en masas anónimas sin personalidad; perdieron la capacidad de análisis, raciocinio y decisión, y se volvieron ciegos seguidores de aquello que la manipulación propagandística prestigia, quedando a merced de las consignas de agitadores profesionales o populismos incendiarios; perdieron el norte… y movimientos revolucionarios bien estructurados fueron sus nuevos guías, quienes los esclavizaron para seguir los dictámenes de la modernidad; fueron esas las consecuencias de perder la piedad, la autenticidad, la tradición.

Los arquetipos de la sociedad como San Luis rey de Francia, San Fernando rey de Catilla, San Esteban rey de Hungría, San Eduardo el Confesor rey de Inglaterra, Santa Isabel reina de Hungría y un total de sesenta y cinco reyes canonizados, quedaron en el olvido de los tiempos y sus historias enterradas en bibliotecas polvorientas; desde el púlpito también se silenciaron esos ejemplos.

Los modelos de vida en la sociedad contemporánea son los artistas de cine, los integrantes del jet set internacional, personajes del mundo de los negocios o de la pseudo cultura que imponen modas, costumbres disolutas, tendencias y pasiones desordenadas, la mass media los aclama y aplaude, todos quieren imitarlos, el prestigio está en asemejarse a ellos.

De esa forma la Revolución condujo a las sociedades de abismo en abismo hasta despojarla de sus convicciones cristianas y eliminar cualquier forma de resistencia o deseo de lucha; los aplausos son para quienes siguen la corriente.

Frente a esta forma de avance de la Revolución, ¿cómo combatió el Fundador de la Contra Revolución, Plinio Correa de Oliveira, para neutralizar, detener, destruir a la Revolución y fundar el Reino de María?

Primero practicando la virtud hasta el grado de la santidad, así se volvió el canal de comunicación de la gracia de Dios para los que quieren ser de Dios y luchar por Él; su carisma, atracción y fuerza para guiar a las almas hacia el bien son unánimemente reconocidos. Fundó la Contra Revolución, la expandió por todo el orbe, dejó puestas las bases de una Orden de Caballería que actualmente dicta el tonus de cómo ser católico contra revolucionario y ya muestra destellos de cómo será el Reino de María.

Toda su obra es ampliamente difundida; en este artículo quiero focalizar una obra en dos tomos convocando los líderes auténticos de las sociedades, muy especialmente aquellos que recibieron de Dios la vocación de liderazgo, es decir, LA NOBLEZA Y ÉLITES TRADICIONALES, a quien la Providencia dotó del don de influenciar a los pueblos: NOBLEZA Y ÉLITES TRADICIONALES ANÁLOGAS: EN LAS ALOCUSIONES DE PÍO XII AL PATRICIADO Y A LA NOBLEZA ROMANA, escrito por Plinio Correa de Oliveira.

En este libro, Plinio Correa de Oliveira analiza, comenta, difunde, complementa y hace suyos – ampliando y enriqueciendo – los discursos de Pío XII, pero sobre todo convoca a estas auténticas élites del mundo, a abrazar la causa de Dios y apuntalados en sus dones y prestigio difundir ese espíritu en todas las sociedades.

El autor extrema el pedido del Papa Pío XII al Patriciado y Nobleza Romana a que ejerzan su vocación, por la tradición de la que son portadores, por su educación, por su preparación, por el prestigio ilustre adquirido durante varios siglos, por su dignidad, por su tonus, sobre todo por la necesidad que tiene la sociedad de verdaderos líderes; si la nobleza ejerce su verdadera vocación y es fiel a Dios, esto es posible, afirma Plinio Correa de Oliveira.

El autor convoca al sector más importante de la sociedad civil para que vuelva a sus raíces e influencie hacia el bien, en suma que lidere la sociedad para que dejen de ser masas y vuelvan a ser pueblos, y esto mediante el análisis, el raciocinio; que tomen actitudes de rechazo frente a la continua propuesta de la propaganda, que sepan rechazar esos rumbos y defiendan los buenos principios; que sepan oponerse a ellos, y al igual que Nuestro Señor Jesucristo, sean piedra de escándalo, dividan las aguas, impulsen para que las personas opten por el bien, y realicen una acción contra la corriente y no se dejen arrastrar por el torrente de la propaganda revolucionaria.

Plinio Correa de Oliveira pondera la fuerza de la propaganda generada por la mass media y compara ésta con la virtud cristiana, indica que frente a la GRACIA DE DIOS y al poder Divino es nada; y como ya lo decía en el libro “Revolución y contra Revolución”: cuando los pueblos son fieles a Dios, se operan las grandes transformaciones de la historia.

La Iglesia Católica fundada por Nuestro Señor Jesucristo cuenta con el principal recurso para destruir la Revolución, anota Plinio Correa de Oliveira, esto es la Gracia de Dios; todos los fieles están llamados a la santidad, pero en el orden social el clero tiene un papel docente, son la “luz del mundo y la sal de la tierra”; en el orden civil la nobleza y las élites análogas, tienen el liderazgo y la influencia.

Plinio Correa de Oliveira explica lo que son las ELITES ANÁLOGAS, quienes están llamadas a ejercer influencia semejante a la nobleza; transcribo literalmente su explicación:

“La Nobleza constituye bajo todos los puntos de vista una élite, la más alta de ellas; pero no es, ciertamente, la única, sino una especie dentro del género. Hay élites que lo son por participar de las funciones y rasgos específicos de la Nobleza, y hay otras que ejercen diversas funciones en el cuerpo social, pero que no dejan por ello de tener una dignidad peculiar. Hay, por tanto, élites no nobiliarias ni hereditarias ex natura propia. Así, por ejemplo, la condición de profesor universitario incorpora en plena justicia a sus titulares a lo que se puede llamar élite de una nación; lo mismo ocurre con la condición militar, de diplomático y otras análogas…

“En esta enumeración de élites no se debe olvidar a aquellas que propulsan la vida económica de una nación en la industria y el comercio, funciones no sólo lícitas y dignas, sino también de una evidente utilidad. Sin embargo, la meta inmediata y específica de tales profesiones es el enriquecimiento de quienes la ejercen; o sea, es sólo enriqueciéndose a sí mismo, ipso facto y por una consecuencia colateral, enriquecen a la nación.

“Esto no basta por sí solo, para dotar con algún carácter de Nobleza a quienes ejercen esas profesiones. En efecto, es indispensable una particular dedicación al bien común – y especialmente a lo que éste tiene de más precioso, que es el cuño cristiano de la civilización – para que se pueda conceder esplendor nobiliario a una élite. No obstante, cuando las circunstancias proporcionan a industriales o comerciantes la ocasión de prestar servicios notables al bien común con sacrificios relevantes de intereses personales legítimos – y siempre que dichos servicios sean prestados efectivamente – ese esplendor brille también en todos aquellos que hayan desarrollado con la correspondiente elevación de espíritu su actividad comercial o industrial.”

En este estudio Plinio Correa de Oliveira demuestra que la Nobleza de cualquier país – o las Élites Análogas –, tiene un papel de liderazgo indiscutible dentro de la sociedad. Si estos sectores influyentes de la sociedad favorecen el bien común, difunden el espíritu cristiano y son fieles a Dios, ninguna fuerza revolucionaria podrá resistir, el papel de la propaganda quedará inutilizado y la Gracia de Dios traerá el Reino de María. Por tanto, recemos y trabajemos para que todas las élites ejerzan su influencia para alcanzar su más auténtico liderazgo y frenen a la Revolución.

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