El 6 de Agosto del 2025, se conmemoran 150 años del martirio del Presidente del Ecuador Don Gabriel García Moreno.
Durante su agonía, después de recibir varios machetazos, García Moreno aún encontró fuerzas para pronunciar y escribir con su sangre DIOS NO MUERE.
¿Qué significa esta categórica afirmación, que son sus últimas palabras antes de expirar, que resonarían por el mundo entero como un eco inextinguible y que atravesarán los tiempos?
Naturalmente la fe profunda del Presidente Mártir expresa la certeza que Dios todopoderoso no tiene inicio ni fin y que existe desde siempre y por toda la eternidad. Fue una postrera afirmación conforme a la fe cristiana que en los últimos momentos de su vida García Moreno quería proclamar para Gloria de Dios.
Los innumerables documentos públicos, como la Consagración del Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, la Constitución del Ecuador, los abundantísimos testimonios, plasmados en múltiples biografías, de su virtud, piedad y santa vida, nos permiten interpretar ese DIOS NO MUERE en toda su extensión.
García Moreno vivió, luchó, gobernó, para hacer de la Nación Ecuatoriana un tabernáculo de Jesús y de María, el propósito de su vida era dotar a la Iglesia Católica de todos los medios necesarios para que pueda cumplir su misión divina de inspirar a la sociedad una vida para la mayor gloria de Dios, y conducir a todas las personas al Cielo.
El momento de su martirio ciertamente García Moreno se planteó qué resultado tuvo su incansable lucha, se habrá preguntado si su martirio servirá para la conversión y santidad de los ecuatorianos, su gran pregunta habrá sido cómo y cuándo se dará el triunfo de Dios sobre los impíos que en el siglo XIX, con jacobino furor igual que Lucifer, dijeron “NO SERVIREMOS A DIOS”, rebelión que desató el Proelium Magnum in Caelo (Ap 12, 7), la gran batalla que hubo en el Cielo y que recibió la fiel repuesta de San Miguel Arcángel Quis ut Deus (Quién como Dios) que derrotó al rebelde Lucifer.

En el lenguaje católico se denomina “LUCHA ETERNA” esta división entre los que son de Dios y sus enemigos. En Quito existe un monumento fundido en bronce, realizado en Francia, donado por la colonia de ecuatorianos que residían en París en el año 1922 y que actualmente se exhibe en la Avenida Patria y Amazonas, que inmortaliza la lucha entre el bien y el mal.
Podemos pensar que cuando García Moreno escribió DIOS NO MUERE con su sangre, vislumbraba la LUCHA ETERNA y un capítulo de esta lucha que él estaba próximo a terminar, pero también fue una proclama de certeza de la victoria, de fe en que satanás es el fracasado y derrotado, y de que Dios es invencible, y que su martirio contribuiría para atraer la Gracia Divina, para aquel o aquellos llamados a derrotarlo por completo.
¿Tendría sentido que el martirio de García Moreno como el de muchos otros mártires y santos no sean una contribución a los ojos de Dios para atraer Gracias a que el bien triunfe sobre el mal en la faz de la tierra y se cumpla el Plan de Dios para la Creación?
García Moreno en ningún instante de su martirio habrá considerado inútil su sacrificio, y por las manos de María Santísima los habrá colocado junto a los de Nuestro Señor Jesucristo durante su Pasión.
La Comunión de los Santos, afirmada como un artículo de fe en nuestro Credo, permite responder con absoluta seguridad que la sangre de los mártires trae grandes frutos de fidelidad a Dios.
Entonces cabe preguntarse cómo y en dónde se visibilizan esos frutos, quién tomó el estandarte de la defensa de Dios y de combate a sus enemigos, qué resultados obtiene, dónde están.
El holocausto de García Moreno atrajo la misericordia divina para que nuestra Nación persevere en la fe cristiana, sin embargo, la crisis moral que ahoga al mundo ha penetrado ampliamente en nuestro país.
En la segunda mitad del siglo XX un estandarte se levanta proclamando “TRADICIÓN, FAMILIA, PROPIEDAD, vuelven los ideales que nunca murieron, LA VIRGEN MARÍA PRONTO REINARÁ”.
Plinio Correa de Oliveira, prominente figura católica, con un liderazgo indiscutido por casi un siglo en el Brasil y en el mundo, enarbola el estandarte de la lucha en defensa de los principios católicos, en defensa de la Santa Iglesia Católica, amenazada por las corrientes modernistas al interior de sus filas y combatida por el ateo – materialismo extendido por el mundo entero e impulsado por el comunismo internacional.
En 1960 Plinio Correa de Oliveira funda la SOCIEDAD BRASILERA DE DEFENSA DE LA TRADICIÓN, FAMILIA Y PROPIEDAD, la que se expandió por cinco continentes, y a la luz de su libro REVOLUCIÓN Y CONTRA REVOLUCIÓN, entablaría una denuncia permanente de los avances de la REVOLUCIÓN, e iría delineando una sociedad CONTRA REVOLUCIONARIA que hoy en día actúa en todo el orbe.
La lucha de Plinio Correa de Oliveira se apuntaló en una fervorosa devoción a la Santísima Virgen, un ardiente amor por la Sagrada Eucaristía, gran devoción por el Papado, y un gran amor a la Iglesia Católica.
Su obra continúa y promueve una vida conforme al espíritu sembrado por su fundador, quien señalara el Reino de María como el cumplimiento de la promesa hecha por la Virgen en Fátima de que “POR FIN SU INMACULADO CORAZÓN TRIUNFARÁ”.
Desde 1971 el estandarte de TRADICIÓN FAMILIA Y PROPIEDAD proclama estas certezas en el Ecuador.
El holocausto de García Moreno y otros santos, sigue dando frutos, DIOS NO MUERE.