Reproducido por TFP-Ecuador el 6 de diciembre de 2024
En virtud del privilegio singular de su Inmaculada Concepción, Nuestra Señora tuvo, en el primer instante de su ser, un entero y lúcido conocimiento de Dios, y ya ahí le manifestó el acto de amor más perfecto que fue dado hasta entonces al Creador.
Ella lo adoró, le rindió gracias y le ofreció una reparación por los pecados de los hombres.
Ese acto de amor de lo Santísima Virgen, que fue un cántico nuevo, esa elevada e inigualable oración representó, para los Ángeles buenos, la primera entrada de su Reina en la corte celestial.
¡Se puede imaginar con que arrebatos de alegría ellos saludaron a la Inmaculada Concepción!
(Extraído de conferencia del 7/12/1966)


